Hasta no hace muchos años esta fiesta se celebraba en jueves, de ahí viene el dicho tan popular que decía:
«Tres jueves hay en el año
que relumbran más que el sol,
Jueves Santo, Corpus Christi
y el día de la Ascensión»
Ahora se celebra el domingo siguiente pero no deja de ser un día solemne.
En Mecerreyes siempre se ha participado en la fiesta para que quede lo más vistosa posible. Por la mañana temprano las mujeres preparan los altares del recorrido profesional, auténticas obras de arte, entre ellas tienen su «sana picadilla» entre cuál de ellos ha quedado mejor, de los cuatro que hacen son todos para una nota de 10.
Después de la solemne misa cantada, la Sagrada Forma que se ha consagrado en la misa, se introduce en el viril de la custodia y empieza la procesión, el Santísimo Sacramento sale de la iglesia bajo palio, le preceden el pendón del pueblo, los estandartes y la cruz parroquial, obra de la platería burgalesa del XVI, el silencio se rompe sólo con el alegre volteo de las campanas que tocan a gloria,
La procesión discurre entre cánticos y hace parada en cada altar donde el sacerdote inciensa y da la bendición. Los niños tiran pétalos al paso del Señor y las ventanas y balcones del recorrido lucen sus mejores galas, entre mantones de manila, colchas de ganchillo y otras de vistosos colores y artesanales que se hacían en la villa a lo largo del siglo XIX.
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