José Ramón Benito –Monchu- (nieto de la Sra. Cisella)

Publicamos un artículo realizado a José Ramón Benito –Monchu- (nieto de la Sra. Cisella) en DIARIO DE NEGOCIOS, el día 12 de noviembre de 2009. Desde esta página web, felicitamos a Monchu y le deseamos que siga siendo como dice el artículo: un oráculo del buen vestir en Madrid.

 DIARIO  NEGOCIO 12/11/2009      Negocio & Estilo de Vida

José Ramón Benito. Sastre y camisero ubicado en Velásquez 86 es considerado un  oráculo del buen vestir en Madrid. MMOLINARES

 La sastrería es aconsejar lo mejor

 Monte Lys ❖ Una tienda de referencia nos desvela los secretos de los hombres elegantes y también de los bien vestidos.

Con 13 años José Ramón Benito entra como aprendiz en la sastrería Mogravejo en la madrileña Puerta de Alcalá número dos. Allí asegura que aprendió el oficio que ahora con casi 60años le sigue apasionando y donde percibía que esta casa con prestigio internacional enseñaba sobre todo, una sensibilidad especial que ha llevado a gala durante toda su vida profesional porque como recuerda: «La sastrería no es sólo hacer un buen traje sino saber aconsejar lo mejor para cada cliente, en cada momento».

Para ello, un buen profesional debe tener la sutileza suficiente para invadir espacios íntimos de su cliente a los que sólo se accede ofreciendo confianza. La obsesión de este sastre es ofrecer un cuerpo simétrico donde se disimulan las pequeñas incorrecciones que se pueden tener.

«Yo no me fijo en la moda, sino en el buen oficio», dice con rotundidad, siendo capaz de saber con un golpe de vista la procedencia del traje que llevamos puesto. Con más de 1.000 clientes siempre trata de ajustarse a las peticiones que le hacen salvo en aquellos casos que le piden prendas extravagantes que considera que no debe hacer para no perjudicar su prestigio profesional.

Como el traje a medida es un arte, cada uno es diferente pues no hay dos sastres iguales. Aunque quedan en la actualidad pocos profesionales, José Ramón considera que técnicamente son mejores que los antiguos pues las leyes del mercado han hecho que sólo los mejores prevalezcan. Su opinión sobre el oficio es bastante pesimista pues cree que en 25 años no quedará un sólo sastre. Quizá aquellos que lo hagan por afición pues la confección industrial cada vez avanza más y cada vez hay menos gente que sepa coser bien y con habilidad para hacer una buena pieza artesanal.

Los ingleses, sin embargo, han convertido en Savile Row, un centro de referencia internacional donde se dirigen a aquella persona que quiere vestirse bien, y no porque sean los mejores. Monte Lys pide por una de sus creaciones 3.500 euros mientras que la misma pieza en Londres puede costar justo el doble. La falta de promoción de este oficio hace que vengan tardando dos meses en entregar un traje y que no se pueda aceptar muchos más clientes pues no se les podría dar servicio.

En la capital habla de compañeros como Alonso, Gallo y Cordova, en el top mientras que exige al Gobierno que ayude dando cursos y a través de campañas informativas para que este noble arte no se pierda. Formar a un oficial de sastrería cuesta nueve años y los bajos sueldos hacen que pocos opten por este oficio, sentencia.

La naturalidad y la armonía son lo que hacen a una persona elegante, en combinación con la ropa que lleve, nos dice este sastre y camisero. Incluso permitiéndose excentridades en el vestir hay que tener gusto para poder llevarlas lo que hace que hombres elegantes haya pocos y desde luego anónimos.

Sobre la crisis, Ramón afirma que al que le gusta hacerse la ropa se quita de otras cosas para dedicarlo a esto y que ya ni se dan los trajes la vuelta, ni se Cambian los cuellos de las camisas.

Hombros y solapas anchas y talle en la chaqueta son las claves de un traje bien hecho. En cuanto a las camisas hay que estudiar el cuerpo y el cuello de los clientes.