FIESTA DE SAN MARTÍN
Todo el mundo pensaba ya que ni san Miguel ni san Martín; que este año no se cumpliría ninguno de los refranes que hay para estas fechas, pero resultó que el día de san Martín amaneció con sol, un sol radiante que invitaba a la fiesta, a salir, a encontrarse con los muchos guiletos y amigos que habían venido a celebrar la fiesta.
Este día tiene algo de especial, de familiar; no son las grandes multitudes ni las peñas abarrotadas de las fiestas de verano; este día huele a leña y a hogar; y aunque pasemos mucho tiempo en la calle es día de familia y amigos. Debe ser por la tradición de ir a Misa y tomar el pincho y bailar o por sacar la capa en recuerdo del patrón o por otras razones que se nos escapan, el caso es que para nosotros san Martín es especial. Y nos gusta que sea así.
Al caer este año en Domingo, se notó mayor afluencia de personal –como diría Marcelino–. Ya el sábado estaba el pueblo petado. No se cabía en el bar. Había que pedir vez para que Rosi o Miguel te pudieran atender. Muchas familias reunidas. Y así da gusto ver el pueblo cuando ya ha venido el frío y las casas están heladas; porque los que nos quedamos después somos cada vez menos.
Este año tuvimos la suerte de madrugar un poco menos porque la Misa empezó a la una y media. Todos al solillo esperando que se iniciara la procesión. Pendón, estandarte de la Virgen, Cruz parroquial, andas con el santo… y todos procesionando en honor de san Martín y al ritmo de los sones de Los Anises. Unas jotas antes de entrar en la Iglesia y los vivas de rigor que expresan la gratitud de Mecerreyes hacia su patrón. Después de la solemne misa nos bajamos hasta la Escuela para confraternizar a la vez que degustábamos el vino español con que nos obsequió el Ayuntamiento. ¡Y cómo no!, antes de comer hacer hambre bailando a las afueras del bar de la Villa. Parejas de toda la vida, y otras improvisadas, dieron colorido y ambiente festivo. Hubo un buen rato de pasodobles, jotas y canciones tradicionales; pero nos quedamos con ganas y por la tarde, en el Mesón –porque en la calle hacía mucho frío– volvimos a la carga. No hay más que ver las caras de alegría y felicidad para darse cuenta de que san Martín nos ayudó a olvidar las penas y los problemas. Mientras bailábamos el almendrero estuvo repartiendo suerte y dando ambientillo con la campana y sus voces para animarnos a participar.
Después todo el mundo a comer a casa. Y a las seis los que quisieron se acercaron a la Iglesia para rezar vísperas en honor de san Martín y agradecer al Señor tantas cosas del año y pedirle otras más en el rato de adoración y exposición del Santísimo. Y para apaciguar el frío de la tarde –como ya hemos indicado– nueva sesión de baile donde Frutos, a quien agradecemos que cediera el local.
Puedes ver un vídeo publicado en Youtube del baile de tarde-noche con la orquesta los Anises:
Como veis, fue un día muy especial. Gracias a todos. Gracias a san Martín. Gracias a todos los que colaboraron y organizaron los actos.
¡VIVA SAN MARTÍN!
Youtube: Los Anises, Mecerreyes 2012 – Fiesta de S a n M a r t í n
Comentarios recientes