Sábado, día de Acción de Gracias
¡Todos arriba! ¡Otro día de fiesta se abre ante nosotros! Al son de las dulzainas, los soñolientos guiletos despiertan con las dianas. Algunos salen a saludar a los dulzaineros y a otros, mas remolones, hay que ir a buscarlos a la cama. ¡Bonita manera de levantarse, besando el suelo al caer del blandito colchón volcado!
Asimismo, no podemos dejar pasar la oportunidad de agradecer a los guiletos la generosa aportación que hicieron a las fiestas. ¡Muchas gracias a todos!
Estando todo el pueblo despierto, no había excusa ya para no levantarse y echar unos bailes ante la Virgen, que salió en procesión antes de la Misa de Acción de Gracias. Mucha gente se animó a hacerlo, incluso algún niño animado siguió los pasos de sus mayores en la procesión y bailó de cara a la Virgen del Camino. La misa fue acompañada por cantos castellanos que aportaron mucha alegría al encuentro.
Este año hubo un desajuste con los horarios, y coincidieron la Misa y los juegos de los niños en la plaza. Una pena, pues muchos niños no llegaron para gozar de los juegos… ¡esperemos arreglarlo para el año que viene!
Por la tarde, los niños disfrutaron de lo lindo en la isla del tesoro, antes de acicalarse todos y acudir al ineludible encuentro de la plaza: el concurso de disfraces. Hubo muchísimos disfraces, y muy curiositos, como todos los años. ¡Fue difícil elegir a los ganadores entre tanto disfraz original!
La orquesta Casino animó la tarde, y después, la noche. Siendo sábado, mucha gente vino desde otros pueblos; la plaza estuvo repleta hasta altas horas. ¡Bastante gente aguantó hasta la macarronada que ofrecieron los Keisunes por la mañana!
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