Viernes de fiestas

El viernes comenzó con la primera misa a la que acudió la corte, tras la cual bajamos a tomar el vermut algunos y a pegar brincos en los hinchables los demás. ¡Cómo se divirtieron allí los benjamines del pueblo! Este año, además de los típicos hinchables, las nuevas tecnologías se hicieron un hueco en el parque ya que los niños pudieron disfrutar de un nuevo aparato de videojuegos. Aun así, tuvieron más éxito los clásicos: habiendo sitio de sobra para chospar, ¡quién iba a quedarse parado ante una máquina!

Pudieron seguir correteando por la tarde, y mientras tanto los adultos también estuvieron divirtiéndose con otro juego: la tuta. Este año se animó a participar más de una pareja de chicas, y también hubo participantes bien jovencitos ¡Ojalá siga estando así de animado los próximos años!

En el baile de tarde observamos varias parejas que echaban unos buenos bailoteos al son de la música de la orquesta Templo. Aun así, y pese a nuestros intentos de persuasión, ¡prácticamente ninguno se atrevió a participar en el concurso de bailes de tarde que teníamos organizado!

La misma orquesta siguió animando la noche; tocaron canciones muy actuales y nos lo pasamos pipa baila que te baila. Poco antes del primer descanso, los músicos bajaron a la plaza y nos concedieron una enérgica batukada. ¡Fue genial!

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