Hemos tenido la suerte de que este año nos ha acompañado el buen tiempo desde el Domingo de ramos con la bendición de los ramos y la procesión hasta el día de la Pascua con la Procesión del encuentro.
El primer día de la Semana santa, el Domingo de ramos, se tuvo la bendición de los ramos, no donde siempre, sino en la Plaza. El sitio fue ideal porque no había problema con el tráfico, todos estábamos alrededor de los ramos y pudimos empezar a acompañar a Jesús en su entrada en Jerusalén simbolizada en la subida que hicimos entre cantos hasta la Iglesia. Con una solemne Eucaristía comenzamos los actos de nuestra semana más importante. Por la tarde vísperas, oración con el Santísimo y bendición solemne.
El martes santo tuvimos la suerte de poder hacer un cine forum muy animado sobre diversos temas propios de la cuaresma y de la semana santa, con la película Invictus.
Así llegamos al Jueves santo. Todo estaba preparado para que la celebración festiva y solemne de la Cena del Señor nos llegara a lo más profundo. El grupo de jóvenes que acompañaba a Miguel Ángel estos días así lo hizo; una gran mesa colocada en el centro de la Iglesia con todos los ingredientes de la cena pascual judía (cordero, verduras amargas, lechuga, huevo, pan ázimo, vino, agua con sal) nos daba la bienvenida; el inicio de la ceremonia nos introdujo en esa celebración que Jesús hizo con sus discípulos: vimos un pasaje de una película que nos contaba el Éxodo del pueblo de Israel -y que dio origen a la celebración de la Pascua- y luego nos relataron los diferentes ritos que se hacían en esa cena, y que Jesús aprovechó para instituir el sacramento de la Eucaristía. Los cantos, el ambiente, el ritmo pausado, la solemnidad… Todo nos invitaba al recogimiento y a la oración. El lavatorio de los pies se hizo con niños que se sentaron alrededor de la mesa recordando mejor el gesto que realizó Jesús con sus discípulos. Al final de la Eucaristía procesión con el Santísimo y reserva para la adoración personal y en espera de la celebración del Viernes santo.
Justo a las 21:30 se inició la subasta de los cirineos en el que nadie quiso pujar a pesar de la insistencia de Colores. Por este motivo no hubo reparto de cacahuetes ni de vino.
A las 23:00 tuvimos la hora santa centrada en alguno de los sentimientos que se dieron tanto en el Cenáculo como en Getsemaní. Se nos invitó a potenciar el amor, la humildad, la amistad y la fe. Fue un momento profundo, de oración sincera, de acompañamiento de Jesús en sus momentos más difíciles, todo ello al ritmo de canciones de grupos como Maná, Mago de Oz…
La mañana del Viernes santo un grupo de personas nos juntamos para rezar Laudes. Desde las 10 de la mañana y por turnos de una hora repartidos por calles, quienes quisieron pudieron acompañar a Jesús haciendo un rato de vela y oración.
A las 13:00 comenzamos el Víacrucis. Dos voluntarios Carlos y Roberto se prestaron a hacer de cirineo y a llevar la cruz. Esta vez Miguel Ángel nos invitó a acompañar las estaciones de Jesús sufriente con las estaciones que Juan Pablo II propuso para toda la Iglesia, y no con las estaciones tradicionales. La Virgen Dolorosa acompañó a Jesús en este recorrido por las calles del pueblo y la zona alta de la Iglesia, llevada por muchas mujeres que se turnaban en los varales. A la llegada a la Iglesia adoramos la cruz de Cristo, una cruz que es la raíz de nuestra fe.
Por la noche uno de los acontecimientos más intensos de la Semana santa: la celebración de la Pasión. Escuchamos todo el relato de la pasión y adoramos la Cruz de Cristo con toda unción, eje central de esta intensa celebración.
Tras acabar ésta se impuso el silencio hasta el Sábado santo con la celebración de la Vigilia pascual. A las 23:00 nos reunimos gentes de Mecerreyes, Burgos y Cubillo del Campo. El grupo de jóvenes lo preparó todo de tal manera que pudimos sentir la alegría de la resurrección y la frescura de la fe. La alegría pascual se dejó notar desde el inicio mismo de la celebración; los monaguillos lucieron los trajes de gala, las ganas de cantar el aleluya se agolpaban, ¡y llegó!, y todos cantamos esa melodía con todo el corazón. Las lecturas del Antiguo y del Nuevo Testamento, el rito de la luz y del agua… Todo estuvo perfectamente coordinado para vivir la ceremonia más hermosa del año litúrgico. Nadie se dio cuenta del tiempo que duró porque todos quedamos insertos en un ambiente que invitaba al mismo tiempo a la oración, al agradecimiento, a la fiesta y a la alegría. Al final todos nos deseamos una muy feliz pascua de Resurrección.
Finalmente el Domingo, Jesús resucitado se encontró con María y ésta estalló de alegría, se quitó el luto y acompañó a su Hijo hasta la Iglesia donde todos celebramos la misa de Pascua.
Agradecemos la presencia de todos, los que nos han acompañado estos días, los que se han aprovechado de las diferentes celebraciones y los que nos han ayudado a vivirlas más a fondo.
(pulsa sobre la 6ª fotos para verlas correlativas)
Acabo de encontrar vuestra página. Parece que la semana santa ha lucido bastante. Me han gustado mucho los trajes de los monaguillos, ¿me podríais decir dónde los habéis comprado? Soy un sacerdote de León y también tengo monaguillos y me gustaría que lucieran así de guapos. O si me podéis dar el teléfono del cura, bastante joven por cierto.
Un saludo y ánimo con vuestra página.
Ángel
Gracias por tu comentario Ángel y por visitar nuestra página, pasamos el mensaje al cura de Mecerreyes, Miguel Ángel, para que se ponga en contacto personalmente contigo.